jueves, 6 de diciembre de 2012

4. Con la música a otra parte.




Dicen que la música aumenta la energía muscular; influye en el latido del corazón; altera el metabolismo; reduce el dolor; acelera la sanación y la recuperación de pacientes que han atravesado una cirugía; ayuda en la descarga de emociones; estimula la creatividad, la sensibilidad y el pensamiento; frena la caída del cabello e incluso te sale pelo nuevo... Como dicen por aquí, el murguero no envejece y algo parecido le pasa a los viejos rockeros. Aunque yo esté hecho un chaval sigo administrándome altas dosis de música tanto en pasiva como en activa. Entre otras cosas, me voy a mudar a un piso lleno de músicos en los próximos días. Me explico.


Las obras que me obligaron a cambiar de piso han llegado finalmente al mío y he tenido que buscar otro lugar para vivir. También debo decir que lo exótico del caserón me hacía pasar por alto ciertas carencias, pero la novedad dura poco, especialmente si vives dentro y te despiertan a martiilazos a las siete de la mañana. Echaré de menos la compañía de Eloiza y James, pero voy a estar a un tiro de piedra. Cuando llegué a Barcelona en el 2002 no conocía absolutamente a nadie y cambié de piso cinco veces en los dos primeros años, así que de  momento creo que mi ritmo es normal y incluso voy con ventaja..

Me mudo a la calle Buenos Aires, en plena Ciudad Vieja. Es una calle fea y ruidosa que está a escasos metros del río y de muchas calles tranquilas y hermosas. Me voy a la parte más antigua de la capital y en sus calles peatonales los edificios repasan la historia arquitectónica local. El equivalente al Gótico barcelonés. Según dicen esta zona se pone imposible de turistas... Bueno, no hay jauría de japoneses rabiosos que me impresione. El piso no es demasiado amplio ni moderno, pero tiene un aire muy acogedor. Mi habitación es espaciosa y al ser de interior no es muy soleada, pero lo que pierdo en luz lo gano en silencio. En la habitación en la que estoy ahora sería imposible grabar ni una toma sin que un autobús hiciera saltar los potenciómetros.

Encontré la habitación por internet, como en los viejos tiempos. Fui a visitar un piso y allí me quedé. Seremos cinco personas conviviendo y aunque estoy acostumbrado a vivir solo, me decidí porque todos los compañeros están vinculados de alguna manera con la música. Hay dos músicos de murga, una chica cantante-compositora y un bajista que tiene un estudio de grabación en el centro y también trabaja en televisión. Además hay que contar con las amistades de todos ellos que también son del gremio artístico.

Ya antes de la mudanza nos empezamos a reunir en el que iba a ser mi nuevo piso y a salir por ahí. Estuvimos en un festival reivindicativo por las libertades civiles en pleno centro, donde escuché en directo a La Tabaré. Canté un par de temas en el Shannon, en un homenaje Beatles. Estuve en el concierto que dieron El cuarteto de nos en la plaza del ayuntamiento. Jam de música y poesía. Toques improvisados en el propio piso. Sesiones educativas de música popular nacional,. Celebración del día nacional del candombe... Ya solo me falta recuperar del puerto mi equipo musical y empezar a perpetrar mi propia cantinela por Montevideo.



Efectivamente mis cosas todavía están en un almacén del puerto. No puedo hacer gran cosa sin ellas porque además del equipo musical también tengo allí el ordenador, imprescindible para buscar trabajo de los de cobrar. He tenido que pagar unos aranceles que me han dejado en la miseria y el mareo burocrático me tiene los nervios quemados. No todo va a ser bonito.

El tema del anuncio ya está en las televisiones y en Internet. No me reconocen por las calles pero los que voy conociendo se sorprenden de que nada más llegar ya esté en la tele pública. Suerte de recién llegado.

El calor y los villancicos se van haciendo notar en las calles. La gente hace planes para el verano y supongo que visitaré las playas del este aunque en este momento esté en modo ahorro. Ya me tocará sufrir el invierno uruguayo. Aquí no levanta entusiasmos pero sospecho que será como el de Barcelona, quizás un poco más lluvioso.

Termino un poco precipitadamente porque tengo visita española que atender, pero eso será para la siguiente entrada. Seguiré escribiendo y quizás ponga algunas fotos. Besos y abrazos a los que se den por aludidos.

Víctor

3 comentarios:

  1. Killo, ten cuidado con ciertas zonas de la ciudad vieja de noche que se pone bravo el asunto.

    Con lo de retirar tus cosas del puerto paciencia, mucha paciencia, que la vas a necesitar, este es el pais mas burocratico der mundo entero.

    En invierno te vas a caga por la patabajo, hace mas frio que robando pinguinos, no tiene nada que ver con el de Barcelona, aca el frio se te mete en los huesos te pongas lo que te pongas.

    Pues eso, mucha suerte por tu nuevo barrio paisano y disfruta del verano, Montevideo duerme y bastante, en invierno

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    1. los trámites han sido lentos y me los han cobrado como rápidos pero han terminado y tengo mis cosas, por fin! ya me voy acostumbrando a los ritmos.

      Y sí, lo de la ciudad vieja que dicen que se pone difícil. Estoy en la zona más transitada, donde están el Solís y los boliches y las paradas de autobús... hay gente de joda hasta las tres de la mañana casi todos los días, así que asusta poco de momento.

      Lo del invierno... mi termostato africano dirá, de momento el verano lo llevo bien :-)

      Si te vas a la costa de vacaciones disfruta!!!

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